SUSANA CAÑIL: "NO AGUANTO ESTA EPIDEMIA DE LO POLÍTICAMENTE CORRECTO"
Periodista y escritora entrevistar a
Susana Cañil es entrevistar a una mujer directa, sin dobleces y con las ideas
muy claras y con una elegancia canallesca, disfrutas de cada respuesta pues siempre va con la verdad por
delante en estado puro
1
¿ .
¿Quién
es Susana Cañil? Preséntate por favor.
Pues ante todo, una mujer
normal. Madrileña, madre, trabajadora, escritora. Con pasiones y aficiones, con
luces y sombras. Inconformista, rebelde y, a ratos, una romántica empedernida.
Lectora voraz, viajera, cinéfila, enamorada de mis hijos y mi droga son los
amigos. Una funambulista de la vida y una perseguidora incansable de sueños; eso sí,
de aquellos en los que yo pueda ser parte activa para que se cumplan.
2.
¿Cómo
eres como persona Susana?
Soy
sincera con la gente, implacable con los indeseables, precavida con los
envidiosos, insobornable con los interesados, esquiva con los mediocres, leal
con mis amigos, fanática de mis hijos, generosa con quien me da la gana,
apasionada con mis amores e impulsiva en general.
Y solo hay una persona a la que me interesa no defraudar:
a mí misma.
Y solo hay una persona a la que me interesa no defraudar:
a mí misma.
3.
¿Qué
es ser un canalla o una canalla?
Una filosofía de vida. Distanciándome ocho continentes de la
definición que la RAE confiere a ese
vocablo, yo utilizo el término en su versión templada, sugestiva y con un toque
de discreta y fina irreverencia. Ser canalla es una actitud ante la vida junto
con dones o capacidades que nos vienen de serie, lo que significa que aunque
muchos aspiraran a serlo, nunca podrían. Un cóctel que vendría a contener una
equilibrada mezcla de sabores; frescura,
bizarría, sentido del humor, ironía, inteligencia, inconformismo, corazón,
sinceridad, un puntito de anarquía y esa sensación de estar siempre en un desequilibrio
muy equilibrado. Imprescindible: la
elegancia. Sin ella sólo serías un canalla de marca blanca. Con esa palabra doy
los buenos días cada mañana a mis seguidores, que lo acogen con humor porque
saben que lo hago desde el máximo respeto y con todo el cariño.
4.
¿De
dónde sacas la inspiración para tus libros?
De las historias verídicas
que acontecen a mi alrededor. Es la mejor factoría de imaginación. Sobre una
base de realismo, el resto, que es decorar, novelar, es sencillo. Dicen que la
realidad supera la ficción en muchos casos, yo diría que siempre. Me gusta
escuchar más que hablar, y eso contribuye a que las personas encuentren en mí
el confesionario perfecto, más barato que un psicólogo y menos nocivo, y
ciertamente estéril, que el reclinatorio de una iglesia. Vivimos en un mundo de
prisas e inmediatez y el ansia y la necesidad de ser escuchados, que no oídos,
es tal que cuando alguien lo hace, abre las compuertas y deja emerger su vida a
borbotones. Aunque creamos que no, todas ellas contienen historias dignas de
ser contadas. Eso sí, siempre con una regla inquebrantable: la discreción.
5.
¿Lo
políticamente correcto esa matando a la sociedad?
¡Absolutamente! No sé en
qué momento hemos prescindido de llamar a las cosas por su nombre por miedo a ofender. No aguanto esta epidemia de
lo políticamente correcto, me produce urticaria. Con respeto y educación se
puede, y se debe, decir todo. Ahora nos instan a utilizar expresiones como “colaboradora doméstica” en vez de
limpiadora, “persona de color” en
lugar de negro o “gente especial” en
lugar de discapacitado, por poner solo algunos ejemplos. Esta invasión de lo
políticamente correcto tendría su sentido si contribuyera al cambio real y
efectivo de una problemática, pero me temo que se queda en un ejercicio vacuo y
altamente nocivo porque nos puede llevar a pensar en una transformación, cuando
únicamente se reduce a un cambio en su nomenclatura. No seamos simplistas y
caigamos en las garras de un tentador maniqueísmo. Lo fundamental es un cambio
de actitud; ofende mucho más un gesto, una mirada o un silencio cuando se tiene
la voluntad férrea de lastimar o burlar, que cualquier palabra pronunciada
desde el respeto y la sensibilidad.
6.
¿Cómo
es un día en tu vida?
Me gusta madrugar mucho. A
eso de las seis de la mañana ya estoy en danza. Un desayuno potente viendo las noticias es mi forma
perfecta de afrontar el día. Después hago todo lo que hace cualquier mujer con una
casa, un trabajo y en mi caso, madre de tres hijos, pero sin dejar nunca de
lado mis inquietudes, mi compromisos y mis apetencias. Nunca hay que perderse
la pista por seguir la de los demás.
7.
Periodista
y escritora ¿Cómo ves el panorama periodístico y el literario en nuestro país?
Pues me parece curiosa la
coincidencia de que esté respondiendo a esta pregunta justo el Día mundial de
la libertad de prensa. Estamos en el siglo XXI y creemos haber conquistado una
libertad de expresión que nunca ha estado más lejos. Vivimos presos de tantas
cosas; de convencionalismos, de modas, de ambiciones, de miedos, de herencias
malditas, de ansias de poder y arribismo. En teoría es la era de la
comunicación y la transparencia, en la práctica nunca han escaseado tanto
ambas. Nos rodea un exceso de información adulterada y tendenciosa; triunfan
las noticias falsas y proliferan los influencers,
las socialités y los personajes de
brillo de garrafón y dudosa reputación metidos a periodistas. Parece que la verdad
es una invitada demasiado incómoda para convidarla a cenar y en lugar de
contrastar, informarse y despejar la broza, fabricamos noticias a medida. Las
redes sociales se han convertido en un escaparate que refleja lo absurdo de
esta sociedad actual; cuanto más fútil e insustancial sea lo que publicas, más
éxito tiene. Y el panorama literario no se queda atrás; no interesa un buen
libro, solo priman las cifras. Cuántos grandes escritores se quedan sin
publicar por no tener el padrino adecuado, no ser famoso ni rico. Desolador.
8.
¿A
quiénes van dirigidos tus libros?
A personas entre cero y
cien años. Debemos desterrar la idea de que se escribe para un público
seleccionado con antelación. Esta sociedad tiende a etiquetar y encasillar, únicamente
como mecanismo de defensa. La literatura está ahí, al alcance de cualquiera que
quiera adentrarse en ella; es pura magia sin trucos. Cuestión al margen es el
gusto personal de cada uno. Cada lectura es una enseñanza, un viaje, un abismo
al que asomarse. Yo animo a leer y a fomentar la lectura desde edad bien
temprana. Leer es una actividad con miles de beneficios y millones de
fructuosos efectos secundarios.
9.
¿El
mejor momento profesional de tu vida? ¿Y el peor?
El mejor siempre es el que
vivo en la actualidad. Suelo aplicar la memoria selectiva para todo lo malo que
me ha sucedido a nivel profesional o personal; olvidar o dulcificar, en la
medida de lo posible, la parte que en su día me dañó y extraer esa cuota de
positivismo que viene irremediablemente ligada a todo acontecimiento negativo.
De ambas se saca siempre un provecho y una enseñanza.
1. ¿Qué
proyectos profesionales tienes para el futuro?
Mi mente es como un
torbellino que no para de dar vueltas a cien mil proyectos. Unos factibles y
otros, verdaderas locuras, pero que me mantienen viva, activa y más cuerda que
nunca. Siempre he sido una persona receptiva y abierta a que la vida me
sorprenda, a no instalarme en la cómoda, pero tramposa, zona de confort. Desde
que escribí mi primera novela “Espérame en París”, me zambullí en un
maravilloso proceso catártico, sin saberlo, pero del que ya vislumbro el final
de muchas etapas y el preludio de otras. Ahora la vida me lleva a ejercer como
responsable de comunicación y road manager
de diversos cantantes y grupos musicales. Algo en lo que jamás pensé, pero con lo que estoy
disfrutando y aprendiendo muchísimo. Hablamos del
futuro como si fuera un desconocido y en realidad está aquí, disfrazado de
presente. Creo en el hoy, en
el ahora y en disfrutar cada momento intensamente. No hago planes más allá del mediodía.
Entrevista: Alberto López Escuer
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