MURIÓ SOLO
“Normalmente todos los funerales son
tristes pero éste es el más triste que he presenciado” el que me lo decía era
un amigo sacerdote que de presidir funerales entiende un rato.
Me comentaba que le tocó oficiar un
funeral donde no había nadie, solo el féretro y los trabajadores del
tanatorio.
La muerte de esta persona pasó desapercibida,
sus vecinos no cayeron en la cuenta de su ausencia, solo una anciana cayó en la cuenta que hacía meses que
no se le veía por la escalera, no pudieron localizar a ningún familiar, más que
nada, porque no se relacionaba con ninguno de sus vecinos, luego se supo que
tenía una hija pero que hacía años que no se hablaba con ella –tampoco fue a su
funeral-.
La policía descubrió su cuerpo al entrar en su
domicilio, los forenses calcularon que llevaba meses muerto, había muerto solo,
una muerte dura – todas las muertes suelen ser duras- nadie estuvo con él en
sus últimos instantes,
murió solo, sin más compañía que su soledad, que el
silencio de aquella casa que sirvió de nicho durante los meses que nadie supo
que había muerto.
Cuando a alguien le dicen “tu vas a
morir solo” el que lo dice no sabe realmente lo que supone eso, demuestra que
no quiere a la persona al que se lo dice, es una muerte que no se le debería
desear a nadie, pero por desgracia algunos lo hacen.
No voy a juzgar cómo era esa persona
pues no la conozco, pero desde luego su muerte seguro que fue dura, sin nadie
que le cogiera la mano antes de que subiera a la barca de Caronte y lo llevara
al más allá.
Alberto López Escuer
Comentarios
Publicar un comentario